lunes, 15 de abril de 2013

Arquitectura Pos Moderna 



La llegada de nuevos materiales Arquitectura pos moderna.

Es fue una de las principales características de la ingeniería moderna que según algunos expertos se extendió hasta la década del 60. Acero, hormigón y vidrio. Se conoce como Arquitectura Moderna a una corriente arquitectónica que se originó en Europa en las primeras décadas del Siglo XX, y cuyos representantes más relevantes fueron los arquitectos Charles-Edouard Jeanneret (también conocido como Le Corbusier), Ludwig Mies van der Rohe, Adolf Loos y, más tardíamente, el finlandés Alvar Aalto. Aunque muchos de sus preceptos continúan siendo empleados, los teóricos de la arquitectura consideran que el Movimiento Moderno vio su final alrededor de la década de los 60, sin que surja una tendencia o corriente unánime que haya podido sucederla.

Orígenes.

Algunos historiadores ven la evolución de la arquitectura moderna como un asunto social, íntimamente ligado al proyecto de la modernidad, y por lo tanto a la Ilustración, como resultado de revoluciones políticas y sociales. Otros consideran a la arquitectura Moderna como un movimiento impulsado principalmente por los desarrollos tecnológicos e ingenieriles, ya que la disponibilidad de nuevos materiales (como el acero, el hormigón y el vidrio en paneles) llevaron a la invención de nuevas técnicas constructivas a partir de la revolución industrial. El Palacio de Cristal de Joseph Paxton, presentado en la Gran Exhibición de 1851, es un ejemplo temprano. Posiblemente el mejor lo constituye el desarrollo del rascacielos de vidrio y acero por parte de Louis Sullivan en Chicago, alrededor de 1890.

Otros historiadores se refieren a la modernidad como una cuestión de gusto, una reacción en contra del eclecticismo y de los excesos estilísticos y ornamentales de la era Victoriana y del Art Nouveau. Cualquiera que sea la causa, alrededor de principios del Siglo XX un importante número de arquitectos comenzó a desarrollar nuevas soluciones arquitectónicas para integrar los precedentes tradicionales -como, por ejemplo, la arquitectura gótica- con las nuevas posibilidades tecnológicas. El trabajo de Louis Sullivan en Chicago, Víctor Horta en Bruselas, Antoni Gaudí en Barcelona, Otto Wagner en Viena y Charles Rennie Mackintosh en Glasgow, entre muchos otros, puede ser visto como una lucha, común a todos ellos, entre lo antiguo y lo novedoso.
El movimiento.

Para los años 20, las figuras más importantes en la arquitectura moderna ya tenían reputaciones establecidas. Los más reconocidos fueron Le Corbusier en Francia y Mies van der Rohe y Walter Gropius, directores de la Bauhaus, en Alemania. La Bauhaus fue una de las más importantes escuelas europeas, y su mayor preocupación era la experimentación con las nuevas tecnologías industriales. La carrera del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright se desarrolló de forma paralela a la de los “arquitectos modernos” europeos; sin embargo, Wright se negó a ser categorizado junto a ellos, desarrollando por su parte tanto la teoría como los preceptos formales de una arquitectura orgánica. En 1932 se celebró la Exhibición Internacional de Arquitectura Moderna, cuyo comisario fue Philip Johnson. Junto a su colaborador, el crítico Henry-Russell Hitchcock, Johnson logró aglutinar corrientes y tendencias muy disímiles, identificando que eran estilísticamente similares y compartían un propósito general, y las consolidó en lo que vino a llamarse el Estilo Internacional. Este fue un hito importante.

Con la Segunda Guerra Mundial, las principales figuras de la Bauhaus se trasladaron a los Estados Unidos, a Chicago, a la escuela de diseño de Harvard y al Black Mountain College. Este Estilo Internacional se convirtió en la única solución estilística aceptable desde los años 30 hasta los 60. Los arquitectos que desarrollaron el Estilo Internacional querían romper con la tradición arquitectónica, diseñando edificios funcionales y nunca ornamentados. Comúnmente, utilizaron vidrio para la fachada, y acero y hormigón para las losas y soportes estructurales. El estilo se volvió más evidente en el diseño de los (rascacielos). Quizás sus más notorios exponentes son el edificio de la Organización de Naciones Unidas, el Edificio Seagram y la Casa Lever, todos ellos en Nueva York. Los detractores del Estilo Internacional critican su geometría rígida y rectangular por ser “deshumanizante”.

Le Corbusier describía a los edificios como “máquinas para habitar”, pero la gente reaccionaba contra esta uniformidad y rigidez. Incluso el arquitecto -y amigo personal de Mies van der Rohe- Philip Johnson admitió estar “aburrido de las cajas”. Desde principios de los 80, muchos arquitectos han buscado deliberadamente alejarse de los diseños geométricos. Aunque hay mucho debate en cuanto a la caída o muerte de la Arquitectura Moderna, la crítica a la misma comenzó en los 60 con los argumentos de que era universal, estéril, elitista y carente de significado. El surgimiento de la postmodernidad se atribuye al desencanto generalizado con la arquitectura moderna.

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